Las piruetas espontáneas del ser cortan miradas. La mirada es incapaz de captar los movimientos del yoyo en su totalidad. El yoyo está conformado básicamente de tres movimientos: sube, baja y se duerme. El yoyo lo manejo yo, yo manejo el yoyo, el yoyo se maneja solo.
La mirada es hipnotizada por el yoyo dormido. El columpio recuerda mi niñez; me he bloqueado, no recuerdo la conjugación del verbo columpiar, creo que me voy a columpiar (ya enmendé mi falta, me voy a salir por la tangente), el yoyo logró el columpio; yo me monto en un columpio.
Finalmente tiro el trompo; soy un experto en las piruetas del trompo: el pico al rey, el pico al chulo, el pico al torero son mis especialidades. Un momento, el trompo no rodó, ya comprendo, la pita del yoyo se rompió.
Hecho por: Diego Felipe García Chishko
jueves, 29 de mayo de 2008
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